/ 05 octubre, 2015
Esta es la historia de los últimos mártires de la Guerra Civil beatificados el pasado domingo en Santander.
Antes de estallar la Guerra Civil el monasterio trapense de Viaceli en Cóbreces (Sanander) tenía 60 habitantes. De ellos, apenas dos docenas quedaban durante el periodo de vacaciones en verano. Tras levantamiento militar permanecieron tranquilos hasta el 20 de agosto, momento en el que el comité revolucionario publicó un bando en el que se suspendía el culto, público y privado, y quedaban incautados todos los inmuebles de la Iglesia. Cuatro días después, el alguacil municipal de Alfoz de Lloredo al frente de un grupo de milicianos se personó en el convento y requisó todos los cálices y objetos litúrgicos que había.
La situación quedó en una calma tensa en la que el edificio estuvo vigilado por milicianos, en su mayoría anarquistas y comunistas, hasta que
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