Hoy en mi comentario de las 8:15 en Herrera en COPE
La portavoz del Ayuntamiento de Madrid fue condenada, esto ya es historia, a 4.320 euros de multa por ofensas a sentimientos religiosos, aquel día de 2011, en que irrumpió a gritos en la capilla de la Complutense como la libertad de Delacroix.
Es comprensible en una discípula de Pablo de Torso, pero hay un error en los contextos. Dice la fiscal Morando en su escrito de rechazo al recurso de Maestre que “es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada ante el altar, espacio sagrado para los católicos, implica un ánimo evidente de ofender”. Evidente. El desnudo en la playa, sí, en un espacio religioso, no.
Mutatis, mutandis, una correligionaria de Maestre, Carolina Bescansa, convirtió a su bebé en la estrella del…
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