Se suele utilizar la expresión «no cabe un tonto más» para desahogar esa desazón que nos invade (a veces justificada, a veces injustificadamente) ante la estulticia que nos agota. Es una expresión de ida y vuelta, porque, en ocasiones, al aplicarla por ignorancia o prejuicio, solo demostramos que caben más tontos. No cabe un tonto más de los que dicen no cabe un tonto más, podríamos concluir, iniciando una rueda eterna y quizás una secta de anulares que encienda una pira que termine convertida en un incendio.
La sensatez, individuo a individuo, me parece más extendida de lo que creemos. La estupidez suele ser algo grupal, tribal. Mejor: la estupidez suele producirse como reacción tribal frente a los comportamientos tribales de los demás. Seamos optimistas: la Humanidad avanza, y los tropiezos y retrocesos puntuales son momentos en los que se produce alguna epidemia colectiva de imbecilidad. Para evitar esas epidemias, hemos…
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