En su libro Liberalismo, Ludwig von Mises señala que “sólo la tolerancia puede crear y mantener la paz social, sin la cual la humanidad recaería en la barbarie y en la penuria de los siglos pasados”. Sin embargo, para muchos liberales es más bien al revés: las sociedades libres deben ser protegidas de sus enemigos, de modo que la tolerancia ilimitada resulta incompatible con el liberalismo. Fue Karl Popper quien mejor expresó esta última postura en lo que él mismo denominó la “paradoja de la intolerancia”:
La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada aún a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto como ellos, de la tolerancia (…) Deberemos reclamar entonces, en nombre de la tolerancia, el derecho a…
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