La Leyenda Negra fue precursora de la hoy permanente mentira sobre la Guerra Civil.
«Mi abuela servía a señoritos y hoy su nieto está en el parlamento cagándose en sus muertos». Pablo Iglesias, autor de esta frase tan poco académica, no se refiere a los muertos de su abuela. Sino a los muertos de los señoritos que son esos enemigos de clase. De ellos hablaba al presentar a un grupo rockero notorio por su apología del terrorismo y su culto al odio y la violencia. Iglesias se ciscaba en las víctimas de su abuelo, el chequista enchufado después por el franquismo, y de Marcos Ana, ese asesino devenido en mentiroso poeta, también perdonado por Franco, al que Iglesias enterraba con honores.
Al que, por cierto, todos los periódicos calificaban como el «preso político más antiguo del franquismo». Ninguno explicaba por qué estuvo en la cárcel. Ni aclaraba qué tiene de…
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