He perdido la cuenta de los proyectos de libros que me he planteado en los últimos años y terminé abandonando poco después. Alguno no pasó más allá de un guión muy detallado con los capítulos y epígrafes. Otros me consumieron tardes de lecturas tomando notas que llenaron cuadernos para sólo producir un primer capítulo que quedó a medias. Mi lección de todas esas experiencias es que nunca hay que empezar un libro por el capítulo introductorio donde establecemos el contexto. Mi proyecto de libro sobre el yihadismo en el Sahel me llevó a lecturas sobre clima y geología de la región. Me perdí por el camino. Ya aprendí la lección.
Uno de esos proyectos de libros era sobre la «nueva» geopolítica del Gran Oriente Medio. Y en otro error típico mío, no me propuse escribir un libro sobre un tema que tuviera totalmente controlado, sino que quise escribir un…
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