La Policía Nacional trata de evitar que los votantes entre en el colegio electoral. Efe
La autora, magistrada, relata su experiencia en la jornada del referéndum ilegal, ante un colegio habilitado para la votación.
1 de octubre en cualquier lugar de Cataluña. No quería que me lo contasen, ni unos ni otros, por eso a las 8 de la mañana estaba en la esquina del colegio electoral de mi barrio. Había unas 200 personas, y poco a poco iba llegando más gente de todas las edades, sólo uno se arropa en la estelada, pero alguien le indica que se la quite y lo hace. Hay gente también en el patio del colegio, la puerta está cerrada, pero se encaraman en la verja. Son jóvenes; algunos, niños.
Una pareja de mossos d’Esquadra está en la esquina opuesta a la mía. No hacen nada, miran al…
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