Hana Fischer señala cómo el lenguaje políticamente correcto suele servir para que ciertos grupos políticos concentren cada vez más poder en nombre de supuestamente mejorar la situación de los más postergados en la sociedad.

Benevolencia hacia los pobres es el leitmotiv de los izquierdistas. Al oírlos, parecería que ellos tienen el monopolio de la empatía y que los demás son insensibles y egoístas, que sólo se preocupan por sus intereses personales.
Un ejemplo paradigmático es Hugo Chávez. En 1999 accedió al poder democráticamente en Venezuela, tras haber convencido a un número suficiente de votantes de que beneficiaría a los postergados de la sociedad. Durante la campaña electoral de 1998, apeló a un discurso mediante el cual dividía a los venezolanos en dos bandos irreconciliables: el pueblo por un lado y la “oligarquía decadente” por el otro.
Otro ejemplo es el matrimonio Kirchner en Argentina, que con prácticas…
Ver la entrada original 1.113 palabras más