Barcelona la hipócrita, se recrea en sí misma. Hoy la gobiernan aquellos que la burguesía subvencionó durante años para que estuvieran callados. Y la burguesía calló que se había enriquecido con Franco, así como muchos de sus bisabuelos se enriquecieron con sangre y sudor de negros. Todos callan y cuando hablan mienten.
Nos auto-acusamos de genocidas y eso lo dice un argentino, primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Este fantasma de la demagogia han asistido al acto de retirada de la estatua de Antonio López y ha reivindicado que «es un acto de reparación, reconocimiento y celebración«, y ha tachado la esclavitud de ser una de las peores cosas que ha creado la especie humana.
Señor Pisarello, por favor pida perdón, por el genocidio que cometió su país -ya emancipado de España- contra los indios selknam (que no dejaron a uno vivo entre argentinos, chilenos e ingleses) y…
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