JORGE BUSTOS
08/09/2018 01:04
A Podemos no le ha gustado que un excombatiente nacional y uno republicano conversen amigablemente. A Monedero le ha parecido «una jodida vergüenza». Iglesias no imagina a un judío (el republicano) dialogando con un SS (el nacional), y nosotros tampoco, porque ningún judío violó y mató a ninguna monja nazi, por coronar su delirante analogía. Toda la sensibilidad para la equidistancia inicua que les falta para advertirla entre supremacistas y partidarios de la legalidad en la España de hoy la derraman amargamente sobre el golpe de ayer. Pero esta hipermetropía moral, que ve mucho de lejos y nada de cerca, no obedece al intento melancólico de ganar la guerra 80 años después, como se dice, sino a la clara conciencia de que el pasado, bien manejado, ni siquiera es pasado, como sabía Faulkner.
Occidente libra una guerra cultural cuyo armamento es el victimismo retrospectivo. La…
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