Publicado hoy en mi columna de El Mundo
Pablo Iglesias visitó a su tocayo Motos, y le confesó fuera de cámaras que “la política de verdad es mucho más aburrida de lo que yo pensaba”. Pasmoso. Lo dice un tío que se morrea en el hemiciclo con un socio catalán y sienta en el Congreso a sus novias pasadas y presentes, que ha humillado cuanto ha querido a los socialistas, recibiendo por toda queja el reproche de una amante despechada: “gracias por no intentarlo en absoluto, Pablo”. Pablo encontraba más ‘diver’ los tiempos de la ‘Facul’, cuando él y Errejón le montaron aquel pollo a Rosa Díez.
Explicó después Iglesias que el portavoz Errejón intervino para leer un manifiesto y pedir diálogo a la conferenciante. Pero lo hizo de manera rara: “No es usted bienvenida y no queremos volver a verla”. Y a continuación se marcharon. Y ahora dice el…
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