Una lección canadiense para los gobiernos españoles.
El 20 de mayo de 1980 se celebró un referéndum separatista en Quebec: el independentismo perdió de 20 puntos. Pero ya saben que estas cosas se repiten hasta que sale lo que quieren los nacionalistas, y el 30 de octubre de 1995 hubo otro referéndum que los separatistas daban por ganado.
Pero José Cuenca, embajador en Canadá, nos contó ayer en ABC lo que sucedió: Jean Chrétien, primer ministro canadiense y originario de Quebec, «montó una enérgica campaña por el «No», consiguiendo enderezar la situación con una masiva marcha en Montreal, que él mismo encabezó; un lúcido y clarificador discurso en la televisión; y la impagable ayuda de Bill Clinton, que hizo un encendido elogio de Canadá, donde gentes de culturas diversas, dijo, «viven en paz y en unidad». El resultado del escrutinio es conocido: el «No»…
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