
El 12 de junio de 1939, todas las miradas confluyeron en un hombre alto y corpulento, que vestía abrigo negro y pantalón de dril blanco, e iba calzado con unas sencillas alpargatas. De su rostro sobresalía una descuidada barba rubia y los ojos permanecían ocultos bajo unas gafas oscuras. Caminaba esposado, dando muestras de una pasmosa serenidad. Antes de tomar asiento en el banquillo, saludó al Tribunal con una ligera inclinación de cabeza.
Poco después, comenzó el procedimiento sumarísimo contra Alfonso Laurencic, de 37 años, casado, nacido en Francia, de padres austriacos y por entonces súbdito yugoslavo. Había estado en España con anterioridad a 1923, en Barcelona, trabajando en diversos oficios. En septiembre de 1933 se afilió a la CNT, y en abril de 1936 lo hizo a…
Ver la entrada original 789 palabras más