En las tragedias griegas, las culpas eran pagadas por el culpable y su linaje. Sus descendientes portaban el estigma de un delito o pecado de la misma forma que portaban los genes de sus antepasados. Y ahí tenemos a la descendencia de Edipo, pagando la maldición del parricidio del patriarca y posterior incesto.
Sin embargo, es evidente que la responsabilidad que puede tener un individuo respecto a las acciones de otro, que se llevaron a cabo incluso cuando no había nacido, no aguanta un análisis serio ni la aplicación de la lógica más elemental.
La culpa hereditaria se eliminó con el derecho romano. El individuo era el único responsable de sus actos y, por tanto, el único culpable de sus delitos. No tenía ningún sentido achacar responsabilidades de actos personales a la familia, hijos o amigos de una persona si no tenían intervención activa en los mismos.
Esto…
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