Lo que me parece más asombroso de la denuncia de «Grace» contra Aziz Anzari se resume muy bien en este artículo.
Me explicaré: hay un montón de gente hablando de algo que no presenciaron; haciendo comentarios sobre si fueron equívocos o inequívocos determinados «signos» verbales y no verbales, cuando solo saben de ellos a través de dos versiones diferentes, una dada por un actor muy conocido, otra por una denunciante anónima en internet; planteando incluso si la actividad sexual que se describe en ese escrito anónimo fue una agresión o una coacción, cuando ni siquiera sabemos si la versión subjetiva de la denunciante sería admitida por un jurado de doce hombres y mujeres justos que hubiesen presenciado toda la escena en una esquina del apartamento, bien formales ellos, y accediendo a todas las pruebas (incluidos los pensamientos de él y de ella).
Todo esto es, como digo, asombroso. Más…
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