Conversaba el otro día en Madrid con Yago Rodríguez, entre otra cosas colaborador de la revista Ejércitos, sobre la dimensión ideológica de la Nueva Guerra Fría. Él no lo veía claro y apuntaba a lo que yo me encontré allá por 2014. Que era más fácil definir al otro bando por negación a Occidente. Han pasado varios años desde entonces y poco a poco va resultando más fácil de entender los rasgos comunes del nacional-populismo que uno encuentra en la Rusia de Putin pero también en la Argentina de Cristina Fernández de Kirchner. Mientras tanto, en Europa, sucede un fenómeno peculiar del que hace poco hablaba aquí: la convergencia ideológica de ultraizquierda y ultraderecha en torno a temas centrales de la Nueva Guerra Fría, como son Ucrania y Siria pero también las relaciones Euro-Atlánticas o la construcción europea.
Mi reciente aproximación al tema surgía de casos puntuales…
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