Hoy El Mundono está acertado en su editorial. Comparar a Sánchez con Orbán o Maduro y acusarlo de rebajar la calidad democrática «hasta niveles desconocidos» no se compadece con los hechos, por más que este Gobierno publirreportaje tenga un problema muy serio de forma y sustancia: quiere ser, pero no es, y por eso no puede echar a andar.
Lo primero que se puede reprochar a Sánchez es su hipocresía. Venía a salvarnos de la corrupción y convocar elecciones, a regenerar España y sus instituciones y, en el segundo uno, se ha puesto a repartir cargos a toda hostia a amiguetes —como los «corruptos»—, se ha puesto a dictar decretosleyes como si no hubiera un mañana —sí, los «corruptos» también lo hacían—, ha hecho muchas fotos de inmigrantes provocando lágrimas de amor para poco después echarlos en veinticuatro horas —esto los «corruptos» lo hacían al revés: primero echaban a…
Ver la entrada original 692 palabras más