Para mucha gente, pensar en FACUA es pensar en una asociación que defiende a los consumidores frente al abuso de los comerciantes. Como todas las organizaciones que se presentan ante el público, vienen con una (supuesta) buena causa, con halo iluminador y una superioridad moral que dejan a un obispo como un mero aficionado.
Sin embargo, para los lectores de este blog y mucha otra gente, Facua y Rubén Sánchez no es precisamente una hermanita de la caridad y sus motivación personal poco tiene que ver con la (supuesta) defensa de los consumidores, sino que realmente es otra parte más del aparato del estado, con una fachada de asociación independiente y sin nada que ver con la política. Para muchos, este sinvergüenza, y no dudo en llamarlo lo que es porque no tiene vergüenza ninguna, lo conocimos a finales del 2010 cuando anunció a bombo y platillo la creación de
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