La ministra Irene Montero ha anunciado que, gracias a su iniciativa política, en breve los policías dejarán de preguntar a las mujeres que denuncien una violación, si llevaban o no minifalda o si bailaban de manera provocativa.
Los aguafiestas de costumbre han irrumpido en tropel, afirmando que esto no sucede en España desde hace décadas. Vamos, la crítica de siempre. Se agarran a la literalidad de la frase para afirmar que la ministra miente, como si la realidad histórica no fuese inestable, interpretable, llena de vaivenes y sujeta a retrocesos. De hecho, ahí están los avances de la ultraderecha, que querría retornar a escenarios periclitados para desmentir a los desmentidores. Por eso es urgente amarrar las conquistas, aunque sea a base de repetir lo repetido y de legislar lo legislado. Es imprescindible que los y las policías destierren de sus mentes incluso el más minúsculo impulso de poner en cuestión…
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