03/04/2020
“Y aquella tarde,
contra las luces del crepúsculo sangriento,
una walkiria rubia, desmelenada al viento,
llena los aires de rencor: “Las piedras
del Alcázar -les grita- serán lechos
para nuestras mujeres y nuestros milicianos”.
Y las uñas sangrantes de sus manos
repintadas profanan la serena
tarde y la dulce sagra de abejas de oro llena.
¡Ay, maldita, maldita
Tú, la hebrea, la del hijo sin padre:
Margarita!
¡Nombre de flor y espíritu de hiena!”
José María Pemán. Poema a Margarita Nelken.
Quien quiera hacer la semblanza de un personaje que no se encuentra ya entre los vivos —y por tanto nada puede aportar ni a su favor ni en contra— deberá investigar las opiniones de aquéllos que le ensalzan, y de sus detractores; asimismo es conveniente tener en cuenta el axioma latino res ipsa loquitur: los hechos hablan por sí mismos…
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